IFS
es
una
terapia
por
un
lado
profunda
y
eficaz.
Por
otro,
especialmente
humana,
compasiva
y
respetuosa.
Además
no
utiliza
diagnósticos,
ya
que
para
realizar
este
tratamiento
es
absolutamente
innecesario.
Como
consecuencia,
las
etiquetas
que
a
veces
pueden
resultar
negativas
para
la
persona
no
existen.
Parte
de
la
idea
de
que
todos
nacemos
y
tenemos
en
nuestro
interior
la
capacidad
para
estar
en
nosotros
mismos,
en
un
estado
de
calma,
confianza,
coraje,
curiosidad, claridad, compasión, creatividad y conectividad.
Para
IFS
todos
somos
seres
con
múltiples
partes.
Ya
que,
podemos
sentir
un
conflicto
en
nuestro
interior
en
muchas
ocasiones,
como
si
hubiera
partes
en
lucha.
P.e.
Una
parte
de
nosotros
busca
a
los
demás
ya
que
no
le
gusta
la
soledad
y
otra,
rechaza
estar
con
gente
ya
que
muchas
personas
nos
han
hecho
daño a lo largo de nuestra vida.
Hay
partes
de
nosotros
vulnerables,
nuestras
heridas
más
profundas,
que
tienen
que
ver
con
experiencias
dolorosas
o
traumáticas
que
vivimos;
o
quizás
con
un
estilo
educativo
que
nos
ha
dañado
por
ser
excesivamente
autoritario
o
permisivo;
o
con
el
tipo
de
relación
que
manteníamos
con
nuestros
padres,
que
se
mostraban
fríos
o
bien,
estaban
demasiado
ocupados
y
no
nos
atendían
afectiva
mente
como
necesitábamos.
Por
eso
estas
partes
están
“como
escondidas”.
Son
aquellas
con
las
que
intentamos
no
contactar
porque
cuando
lo hacemos, nos sentimos desbordados o hundidos.
Hay
otras
partes
que
nos
protegen
previniendo
que
no
nos
vuelva
a
pasar
todo
ésto
anterior
haciéndonos
p.e
desconfiados
o
complacientes
(de
esa
forma,
las
personas
no
nos
volverán
a
herir).
Y
aquellas
que
una
vez
ya
nos
sentimos
desbordados
por
el
dolor
nos
ayudan
a
calmarnos,
a
distraernos,
a
regularnos
internamente
impulsándonos
a
que
nos
vayamos
de
compras,
que
bebamos
alcohol
de
más
o
que
tengamos
un
fuerte
enfado.
Estas
últimas
partes actúan de manera visceral y sin medir las consecuencias.
Las
personas
necesitamos
ayuda
cuando
nuestras
partes
se
han
vuelto
extremas
por
las
cargas
que
arrastran
en
forma
de
creencias,
emociones,
recuerdos, sensaciones físicas o enfermedades.
Cuando
con
la
ayuda
del
terapeuta
nos
acercamos
a
nuestros
problemas
que
tienen
que
ver
con
aquellas
partes
dañadas
con
curiosidad,
apertura,
compasión
etc,
la
persona
entiende
el
dolor
de
las
partes
y
su
intento
de
protección
o
ayuda
y
comienza
a
reconciliarse
consigo
misma.
Empieza
a
liderarlas
y
aumenta la armonía en su interior. Finalmente se ayudarán a las partes dañadas a liberarse de las cargas y por tanto, a su sanación.
En ese proceso la persona pasará gradualmente de ser un co terapeuta (siendo el terapeuta su guía) a ser su propio terapeuta.
La
terapia
IFS
es
desarrollada
por
el
psicólogo
estadounidense
Richard
Schwartz
hace
más
de
30
años.
En
la
actualidad,
se
ha
publicado
en
la
NREPPP
(Registro
Nacional
de
programas
basados
en
la
evidencia
y
las
prácticas)
que
la
terapia
IFS
es
una
práctica
basada
en
la
evidencia
tras
realizar
una
revisión
científica independiente de la SAMSHA (Administración de los Servicios para el Abuso de Sustancias y Salud Mental, USA).
También
se
afirma
que
es
un
tratamiento
clínico
eficaz
para
el
funcionamiento
general
y
el
bienestar.
Que
es
prometedor
en
el
campo
de
las
fobias,
pánico, trastornos de ansiedad generalizada, en problemas de salud física, depresión y autoestima y resistencia personal.
Un
estudio
reciente
publicado
en
la
Revista
de
Reumatología
(Journal
of
Rheumatology)
muestra
los
efectos
positivos
del
tratamiento
con
IFS
en
la
artritis
reumatoide, en la reducción del dolor y síntomas depresivos, mejorando la función física así como relación positiva y comprensiva con uno mismo. .